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FESTIVAL DEL GLOBO, ¿PARA QUÉ?

Por: Rafael Ayala Villalobos

Cada región tiene su propio carácter y sus habitantes su peculiar manera de ser, de sentir y de pensar. Los de la región de La Piedad además, tienen temple y generosidad singulares que les viene de sus fundadores y de sus antepasados. El Bajío piedadense es laborioso, acoge al que no es de aquí como a un buen amigo y al tropezado lo ayuda a levantarse. En el retrato de la gente de La Piedad destaca su franqueza y solidaridad.


Así me lo han dicho personas de fuera que viniendo para trabajar se volvieron piedadenses por gusto y los que de aquí se han ido desean regresar confirmando que la distancia no borra ni origen ni raíces y que los valores identitarios no se pierden en el camino de la vida. En la edificación de esta comunidad han participado todos, de una manera u otra durante generaciones.

Y les diré en voz baja una característica más del ser piedadense, en este caso de los varones. Solo les pido no lo divulguen mucho porque podría haber severo daño ecológico en la región. Los de La Piedad “calzan grande” y aún cuando la usura del tiempo les haya arrugado la cara y algo más, siguen efectuando con enjundia y dicha el “actio connubii”, o sea que todavía de viejos cojen. ¿Porqué? Preguntará el extraño. Porque la variante del árbol cazahuate de estos lados, en su corteza, tiene propiedades para ese fin bastante comprobadas. Se troza, se deja secar al sol de luna llena a luna llena y se hierve cual té, guardándola en el refrigerador para recalentar una tacita a beberse una

hora antes de proceder a emancipar a la mujer, y que viagra ni qué ocho cuartos. Para más mejor, si se quiere, se ha de hervir 45 minutos con la espuma reposada del agua que cae de la cascada de El Salto en el río Lerma a su paso por La Piedad. ¿Cómo así? Preguntará un colombiano. Es que esa agua contiene infinidad de metales pesados que si maltratan al río, al viejo le benefician en su erección peneana. Yo tengo un tío de 91 años en Estados Unidos que lo toma como agua de uso y tiene un muchacherío que nomás vieran, tanto de riego como de temporal. Pero dejemos eso por ahora.

Bueno, pues el Festival del Globo de éste 2022 en La Piedad, en la presa de la Tenencia de Ticuitaco festeja los globos aerostáticos, o mejor dicho, da el pretexto para que los de La Piedad se muestren como son y agasajen a los de afuera, asimismo para festejar la vida, para regocijarse con la comunidad, los amigos y la familia. O sea que los globos son el pretexto para alegrarse. Maestros, ingenieros, comerciantes, artesanos, obreros, agricultores, niños y marejadas de muchachos acuden al festival a andar de un lado para otro y de repente hablan de los globos, porque los globos son lo de menos.

El festival de Globos es como una feria o una kermés que ayuda a hermanarnos, a recordar que respiramos el mismo aire y caminamos por las mismas calles, que no nos debemos dejar dividir como comunidad y entonces da lo mismo si el festival o la feria es del garbanzo, del mezcal o de los tacos de carnitas, o del globo.

El festival es ocasión para que los políticos hablen: unos para pararse el cuello por el éxito del festival que organizaron, otros para criticar y otros para pensar en voz alta sus ideas de cómo debería ser La Piedad.

El Festival del Globo en La Piedad se desarrolla en días agitados. Además de por la marcha de apoyo al del palacio, organizada por él para nutrir su ego, además de la discusión por la reforma a las leyes electorales y la carrera sucesoria adelantada y encarnizada, además del encarecimiento de la vida, la decisión de la Corte sobre la constitucionalidad de la prisión preventiva, además de eso, a los burócratas del gobierno federal y estatal asentados en La Piedad nomás le vuela la greña: apurados andan presionando gente entre los beneficiarios de programas asistenciales para llevarlos a la marcha del presidente enojado. Como no ajustan están convenciendo a sus familiares, a la abuelita y hasta al perico.

Les pusieron cuota y andan tan desgañitados como cuando hace poco les dijeron que llevaran gente a Morelia a festejar el cumpleaños del señor que durante su desgobierno han sido asesinados 131 mil 612 mexicanos, más que en cualquier otro gobierno y que nada más en octubre mataron a 2 mil 766 personas, el segundo mes peor del año. Pero sin embargo a Morelia fueron y a México habrán de ir, dizque a festejar. Lo peor es que se distraen de sus trabajos.

Por eso el festival transcurre desde ayer en medio de la molestia de los ciudadanos de estos lados porque las delegaciones del gobierno del estado andan cada día peor. El Registro Civil y Rentas huelen mal y están más enredados que un estropajo. A ver cuándo la Auditoría Superior les hace una revisión. La gente lo dice y lo atestigua. La Jurisdicción Sanitaria sigue sin alzar el vuelo en consultas, medicamentos, vacunas y horarios de atención. La Unidad Regional de la Secretaría de Educación, tomada y semiparalizada por un conflicto

laboral, administrativo y político con el sindicato. El ICATMI y el CONALEP a la baja en lo académico, matrícula y presencia social. La Comisión del Agua haciéndose taruga con la contaminación del río Lerma que vive su peor crisis en los últimos 15 años según algunos conocedores de este tema. Los guardabosques (¿sabía usted que en La Piedad hay guardabosques?) brillando por su ausencia ante los incendios forestales de ésta época y el ecocidio que la siembra ilegal del agave hace en zonas como la del Cerro Grande. Y así por el estilo otras dependencias que la gente siente alejadas, metidas en puros asuntos electorales e intra-morenianos. ¿Y la ciudadanía, apá?

Pero eso no es todo. Los integrantes del Ayuntamiento ya tienen que asumir su papel constitucional de representar a los piedadenses ante otras instancias de gobierno y defenderlos de sus corruptelas e ineptitudes.

Son, los del Ayuntamiento, los que tienen el deber ético, político y legal de alzar la voz para que, por ejemplo, pare la corrupción descarada y el coyotaje del módulo para la regularización de vehículos de procedencia extranjera, muestra mayor del desgarriate del gobierno morenista del estado por estos lados.

El gobierno municipal ya tiene que ponerse las pilas. Mucho globo, mucho pavimento, mucho servicio público, mucha activación económica, mucho cuidado de la salud, sí y qué bueno, se le reconoce y aplaude, pero no le debe sacar al parche en temas como el desastre de las instituciones de salud pública, su desabasto y mínima capacidad resolutiva, la contaminación del río Lerma que es incumbencia federal o, hay que decirlo, el tema de la seguridad pública que si no fuera

porque la policía municipal trae bien puesta la camiseta, la omisión de la estatal podría ocasionar una situación como la de Irapuato o Zamora, por ejemplo. Ya es tiempo de que el Ayuntamiento en pleno asuma posiciones o que algunos regidores se posicionen acerca de determinados temas que el gobierno del estado mal lleva aquí.

Otra cosa: creo que el Festival del Globo del próximo año debe incluir algunas actividades compensatorias para abarcar más el abanico cultural de los piedadenses, como teatro, música, concursos de declamación, oratoria, pintura, foros sobre diversos temas de interés público como la violencia vinaria, una sociedad libre de violencia, la democracia, la educación, el municipio libre, el federalismo, etc.

La pregunta del título de éste artículo dice “Festival del Globo, ¿Para Qué?”. Para lo dicho: quedamos en que el Festival del Globo catapulta a La Piedad y su región, lo cual es bueno, y que es ocasión para que el pueblo cante, baile, ría y se hermane en comunidad, lo que todavía es mejor. Para eso y más.

Sean felices que un México mejor es posible.